El Tatuaje de la Córnea



    En nuestro tiempo,  se ha puesto de moda el tatuaje en la cornea de los ojos. La idea surgió en Canadá en el año 2008, en una empresa de nombre ModProm que deseaba explotar esta modalidad, aún a riesgo de lastimar seriamente los ojos de las personas. Utilizaron los ojos de un joven llamado Pauly Unstoppable, quien decidió someterse a la prueba del tatuaje de la cornea, la cual le fue pintada de color azul. Empleando un procedimiento oftalmológico frecuente desde finales del siglo XIX que servía para corregir algunas imperfecciones de los ojos como cicatrices corneales y leucomas, se inyecta tinta en los ojos a fin de colorear la parte blanca; por supuesto que  no se trata de formar diseños en el ojo, sino sólo de teñir.

   Precisemos que el tatuaje en el ojo con fines terapéuticos es mucho más antiguo que la fecha arriba mencionada. Galeno de Pérgamo, médico y filósofo romano (131-210 a.C.), utilizó sulfato de cobre reducido en el año de 150, para colorear un leucoma corneal. En 450 d.C., Aecio de Amida, médico y escritor bizantino, llevó a cabo el procedimiento con el fin de cubrir las opacidades leucomáticas del ojo de un paciente.

   En 1869, un cirujano llamado Luís Von Wecker introdujo un nuevo método aplicando tinta china para tatuar el leucoma del ojo de un enfermo. Fue Wecker, el primero que utilizó cocaína en el paciente, para evitar el dolor de la aplicación de la tintura,  introducida en el ojo por medio de una aguja acanalada.

   Más tarde, se utilizaron otros pigmentos como tinta india, tinturas orgánicas, pigmento uveal de ojos de animal, hollín, y una combinación de tinta china y polvo de oro. Hoy día, el tatuaje de la cornea se aplica cosméticamente en leucomas corneales, para cubrir colobomas de iris (defecto segmental del iris) traumáticos y aniridias (defecto congénito que afecta a toda la circunferencia del iris), así como en pacientes que no toleran lentes de contacto y no resisten el trasplante corneal.

   El procedimiento que se emplea actualmente con fines estéticos, consiste en inyectar tinta debajo de la capa superior del ojo. Se utiliza una pequeña jeringa, con la cual se dan cerca de cuarenta dolorosos piquetes. Tal práctica, es sumamente peligrosa para los ojos, y puede ocasionar ceguera y daños irreparables.

   Además del tatuaje en la cornea, se ha puesto de moda el implantarse pequeñas joyas en el globo ocular. Se trata de joyas de platino que miden 3 milímetros. El procedimiento de implante, dura cerca de quince minutos y tiene un costo aproximado de 700 dólares. La idea fue desarrollada por el Instituto para la Cirugía Ocular de Holanda.

   Existen cinco modelos de estas joyas, las que reciben el nombre de jewelEye, joya para el ojo: corazones, estrellas, símbolo del euro, trébol de cuatro hojas, y notas musicales

   


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